San Sergio de Radonez es uno de los santos más populares y queridos de Rusia.
Su visión del misterio de La Trinidad fué interpretada por el monje ruso Andrei Rublev ,se encuentra en La Galeria Teryakov de Moscú (Rusia ) y es el Icono de los Iconos.
San Sergio de Radonez representa para el pueblo ruso lo que San Francisco de Asís para Occidente.
Predicó la humildad, la penitencia,y la caridad fraternal.
Obró milagros y otras visiones místicas.
Fué el artífice del renacimiento espiritual y moral del pueblo ruso oprimido por el yugo tártaro.
Su apoyo al príncipe Dimitri Donskv en 1380 fué decisivo.
San Sergio propagó el culto al misterio de La Trinidaad y fué el primer santo ruso que tuvo la visión de La Virgen.
Sus reliquias se conservan en La Iglesia de La Santisima Trinidad de Moscú.
Pocos años antes de su muerte, el monje Andrei Rublev,comparable al Giotto en la pintura de Occidente,pintó el fresco de " El Icono de La Trinidad," ,síntesis teológica y espiritual de las enseñanzas de San Sergio, que en El Concilio de los Cien Capitulos, de Moscú, se estableció como modelo.
Como la pintura de iconos, presupone una profunda espiritualidad, y un medio para alcanzar la santidad, es un acto eclesial, que se confia a los monjes, durante los siglos iniciales, se evitó cualquier forma de culto a la personalidad de los iconógrafos.
El Icono se considera un objeto sagrado, como Los Evangelios, La Cruz, El Agua Bendita, Los Santos Oleos etc...
En 1405, el patriarca Nikon, sucesor de San Sergio de Radonez, invitó a los monjes Daniel Cernyi y Andrei Rublev, " Maestros inspirados por Dios ", a pintar los frescos de la Catedral de La Asunción del Kremlin, donde pinta el icono de "La Santa Trinidad",, en Moscú.
La película del director ruso, Andrei Tarkovski, uno de los más célebres directores de los años 60, narra la biografia de Andrei Rublev, y le encumbró, como mito cinematográfico en el festival de Cannes del año 69.
La prensa internacional se rindió ante la belleza del film, y ante la belleza del mensaje intelectual de este joven cineasta.
El hijo de un poéta ruso, entraba a hombros en la historia del cine, con una faena magistral realizada a los 32 años.
La fuerza moral , intelectual y ética que muestra en ella, el realizador, le valieron grandes disgustos ante las autoridades sovieticas.
No es el lugar para explicar porque Tarkovski, en julio de 1983, anunció que no regresaria a La Unión sovietica .
Murió exiliado, lejos de su patria en Florencia, a la sombra de Frá Angélico en 1986.
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